Recientemente, una ley en el estado sureño de Texas ha provocado discusión en los medios y los ciudadanos no pueden poseer más de 6 juguetes sexuales, de lo contrario, es ilegal. Pero muchos internautas se quejaron: ¿Es ridículo, el gobierno no tiene ningún límite en la cantidad de armas permitidas y los “juguetes sexuales” son más peligrosos que las “armas”?
Según la Sección 43.23, Sección f del Código Penal de Texas: Es ilegal poseer más de 6 juguetes sexuales en el estado (el artículo utiliza “dispositivos obscenos”, que en realidad son “juguetes sexuales”, etc., productos sexuales para adultos).
Por el contrario, la ley de Texas facilitó el control de armas en 2021, al aprobar un proyecto de ley que permitiría a los ciudadanos adultos del estado portar armas en público sin una verificación de antecedentes, según The Washington Post.
Esto significa que cualquier persona mayor de 21 años puede portar un arma de fuego siempre que no tenga antecedentes penales y no necesite al menos cuatro horas de formación (realización de una prueba escrita y una prueba de manejo de armas de fuego).
Si bien las estadísticas muestran que los tiroteos se han convertido en la principal causa de muerte entre los niños estadounidenses desde 2020, Texas ha relajado el control de armas.
Entonces, según esta lógica, ¿los “juguetes sexuales” son más peligrosos que las “armas”?
En Texas, los juguetes sexuales se describen como: “Artículos diseñados o comercializados principalmente para la estimulación de los órganos reproductivos humanos” y se clasifican como “materiales obscenos”.
Esta ley sobre juguetes sexuales se remonta a la década de 1970 y fue declarada inconstitucional (una invasión de la privacidad) por un tribunal federal de apelaciones en el nuevo siglo.
Pero la legislatura del estado de Texas no eliminó la escandalosa ley, e incluso citó sus disposiciones de 2004 para castigar a las feministas que defendían la Uso de juguetes sexuales para mejorar la vida..
El destacado senador de Texas, Ted Cruz, defendió con orgullo la ley cuando era fiscal general del estado. En una de sus memorias de 76 páginas, comparó el uso de juguetes sexuales con la “contratación de prostitutas”. También dijo que los seres humanos no tienen derecho a estimular sus partes íntimas si no es por amor, fertilidad o fines médicos.